Rosaura Gamboa

En mi primer cortometraje, «Aprendiz de vuelo», planteo la historia cautivadora de Lorena, una mujer que toma una valiente decisión: cerrar la puerta a todo lo que le causa dolor y parálisis. La historia de Lorena es, en esencia, un testimonio conmovedor sobre el poder del renacimiento y la búsqueda de la felicidad, incluso cuando parece que las sombras del pasado son insuperables.

La narrativa se despliega con matices emotivos mientras Lorena se encuentra en un punto de inflexión en su vida. La oportunidad de renacer se presenta ante ella en la forma de una visita inesperada, un encuentro que, a pesar de sus iniciales resistencias, se revela como un regalo de aprendizaje y sanación. A través de este personaje, exploramos el viaje íntimo de liberación de los pesos que Lorena ha cargado sobre sus hombros durante mucho tiempo.

«Aprendiz de vuelo» destila la esencia de la lucha interna y la resiliencia, resonando con la necesidad universal de sanar las heridas pasadas para poder vivir el presente con plenitud. A medida que la trama avanza, nos sumergimos en los conflictos internos y los momentos de descubrimiento que forjan el camino de Lorena hacia su transformación. Este cortometraje captura la belleza y la dificultad de soltar lo que nos aferra al pasado y nos impide avanzar.

«Aprendiz de vuelo» es más que una historia; es un recordatorio evocador de que todos llevamos historias internas que merecen ser escuchadas y abrazadas. A través de Lorena, abordamos la importancia de liberarse de las cadenas que nos atan y descubrir la libertad que surge cuando nos permitimos renacer. «Aprendiz de vuelo» nos invita a enfrentar nuestros traumas y temores, para encontrar la fuerza necesaria para caminar hacia adelante, listos para enfrentar la vida con los brazos abiertos y el corazón ligero.